Soy Pablo.
Y si estás acá, es porque amás el buen comer tanto como yo.
Pueblito Mío no es un almacén más.
Es un lugar donde los sabores tienen memoria, carácter y un poquito de insolencia.
Acá no vas a encontrar lo de siempre.
Acá encontrás lo que no sabías que estabas buscando.
Tengo las manos ocupadas todo el día, y la cabeza llena de ideas con gusto a campo.
Algunas recetas me las enseñaron en casa, otras me las traje de viajes, y muchas nacen acá, entre charlas, fuego lento y prueba tras prueba hasta que algo me hace decir: “listo, esto va.”
Algunos de mis preferidos:
el jamón crudo al Malbec, con ese perfume que te abraza,
el queso azul con miel y nuez, que es puro contraste y armonía,
el Reggiano al whisky, intenso y elegante,
el queso de limón y arándanos, que rompe cualquier idea de lo que puede ser un queso,
y sí… ese salame con pistacho, naranja, limón, pomelo y un toque de anís que empezó como una locura y hoy es una declaración de principios.
Pero eso es solo una parte.
Porque Pueblito Mío es mucho más que una degustación original.
Es un universo de sabores, es olor a campo, textura casera, y una búsqueda constante de lo distinto.
Todo artesanal. Todo con sentido.
Y todo pensado para que cuando abras un paquete, sientas que te trajiste un pedacito de mi mundo a tu casa.
No todo lo que vendo lo hago yo.
Pero todo lo que está acá, lo elegí con una obsesión que asusta.
Nada entra si no me hace cerrar los ojos al probarlo.
Y todo lo que sale, lleva mi cara, mi historia y mi nombre.
Pueblito Mío es eso:
Un almacén con alma, con gusto a casa, y con la promesa de sorprenderte en cada bocado.
Gracias por pasar.
Ahora abrí una botella, cortá algo rico, y decime si no vale la pena vivir así.
